La Asociación Sombra de Árbol acompaña a la población Enlhet



La Asociación Sombra de Árbol apoya a Nengvaanemkeskama Nempayvaam Enlhet, que se dedica a la recopilación y difusión de relatos de los pueblos enlhet, toba-enenlhet y guaná en sus respectivas lenguas.
Las constelaciones históricas (Fuente www.enlhet.org)
Alrededor del año 1927 se inició una serie de sucesos en el país de los enlhet que iba a cambiar radicalmente el andar del pueblo. Los ejércitos paraguayo y boliviano habían comenzado la exploración del Chaco en el marco de los preparativos para una guerra –la Guerra del Chaco (1932-1935)– durante la cual dos naciones criollas iban a pelear entre sí por las tierras de los enlhet y otros pueblos indígenas de la región, para subyugar éstos después a sus modelos colonialistas. Paralelamente, varios grupos de menonitas se asentaron con familias enteras en medio del país de los enlhet. Como si eso no hubiera sido suficiente, en 1932 el pueblo enlhet fue castigado por una violenta epidemia de viruela que, según estimaciones, costó la vida a más de la mitad del mismo. (Leer más en La mala guerra)
Sobre este inicio del contacto con el llamado mundo civilizado se produjeron procesos que pueden resumirse de la siguiente manera: hace 85 años, antes de la ocupación del territorio autóctono por militares e inmigrantes, el pueblo enlhet era independiente. Hoy vive expuesto a una larga e intensa asistencia política e ideológica de fuera y etá reducido a barrios obreros o comunidades rurales. Hay un eje articulador del proceso que relaciona estos hitos: la rendición enlhet ante el mundo ajeno que venía imponiéndose con mucha fuerza y violencia (ver testimonio). Esta rendición, que se manifestó en bautismos masivos hacia fines de los años 1950, expresó a la vez la renuncia a lo que había sido válido hasta aquel momento y la reorientación según modelos ajenos. Simbolizó la división entre dos modos de vida: entre una tradición vigente, pero obstaculizada, cuestionada y reprimida, y un futuro bajo condiciones inciertas, pero prometidas, promovidas e impuestas. (Leer más en Constelaciones históricas chaqueñas)
A lo largo de estos procesos, la manera en la cual los enlhet vienen hablando de su mundo propio ha cambiado significativamente. Han perdido, pues, el acceso a los lugares concretos de su país. Paralelamente, el contacto intenso con el medioambiente, que formaba uno de los elementos constitutivos de la vida enlhet, casi no existe. Al mismo tiempo, la espiritualidad propia fue sometida por una religión ajena; sus prácticas de aprendizaje fueron sobrescritas por las imposiciones de la institución escuela. En consecuencia, carecen de los estímulos para hablar, a partir de una experiencia concreta, de los contenidos relacionados a aquello que era su mundo. Han dejado de hablar, así, sobre mucho de lo que hace la memoria del pueblo, y las generaciones más jóvenes han perdido el acceso a la misma. La memoria del pueblo se ha encubierto, y hoy es común que se hable mal de lo propio aunque se sigue viviendo diariamente. (Leer más en Lecturas de las fiestas Enlhet)
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